El odio es una raíz sumamente nociva para todo ser humano, en primer lugar para el que no es capaz de deshacerse de el y en segundo lugar para otras personas, pues suele ejercerse contra ellas con ira, crueldad o venganza.
El odio en los pensamientos envenena la mente creando actos de rencor, además consolida muchas emociones y tendencias perniciosas, nublando y oscureciendo otras emociones tan hermosas como la compasión, la tolerancia y la amabilidad.
El odio genera odio. Nada positivo se puede esperar de el y, sin embargo, optamos escogerlo pues es el camino fácil, antes que el perdón o la aceptación.
En el Anguttara Nikaya (colección de escritos budistas) dice:
“Una persona que odia, dominada por el odio, con sus pensamiento controlados por el odio, persigue su propio daño, persigue el daño de los demás y persigue el daño de ambos y sufre dolor y aflicción en su mente”.
“Una persona que odia, dominada por el odio, con sus pensamiento controlados por el odio, lleva una mala forma de vida en sus actos, palabras y pensamientos, no sabe lo que es realmente ventajoso ni para ella misma, ni para los demás, ni para ambos”.
A través de la compasión, la empatía hacia los demás y amándose a uno mismo, podemos combatir el odio, pues es una fuente de angustia y ansiedad, que nos conduce a actos indeseables con nosotros mismo y los demás, de los que un@ se arrepiente.
Mediante la práctica de la meditación, iremos aquietando la mente y puliendo todo sentimiento o pensamiento de odio, dejando florecer una hermosa compasión y gratitud en nuestro corazón, pues es el mejor antídoto.
En Yoga Tomelloso ponemos en práctica las técnicas de meditación milenarias que los sabios maestros iluminados nos legaron, para poder despojarnos de todo sufrimiento y alcanzar una vida más plena.
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