Vivimos tan deprisa y de forma tan robotizada, que hemos perdido la habilidad de ser agradecidos con uno mismos y con lo que nos rodea. Solamente pensando en lo que uno no tiene o quiere conseguir, dejando de valorar las pequeñas cosas que nos hacen feliz y dan sentido a nuestra vida.
¿Sabías que ser agradecido es bueno para la salud y alarga la vida?
Son muchos los estudios que demuestran que ser agradecido protege el sistema cardiovascular y refuerza el sistema inmunológico. También libera serotonina, una sustancia química cerebral directamente relacionada con la sensación de bienestar, proporcionando un mayor nivel de felicidad.
Además reduce el estrés y la frustración que tantas veces nos amarga y nos deprime el día. Es un antidepresivo natural con muchos beneficios. Aumenta la autoestima y fortalece la mente positiva, teniendo la sensación de crecimiento personal.
Ser agradecido por las pequeñas cosas que nos rodean, como por ejemplo “agradezco tener la oportunidad de vivir un día más”, “agradezco poder tener un sitio donde dormir”, “agradezco poder beber agua potable cuando la necesite”, “me siento agradecido de tener buenos amigos” etc., nos hacen sentirnos dichosos y afortunados, generando en nuestro interior una sensación de plenitud, que son un verdadero bálsamo para nuestro corazón y alma.
La próxima vez que pienses o te frustres por lo que no tienes, mira a tu alrededor, se consciente por la cosa más insignificante que veas, y agradécela con todo tu corazón.
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“La gratitud puede transformar tu rutina en días de fiesta”
William Arthur Ward
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